Chile actual, 2021,
atraviesa por una Crisis político-institucional, cultural y moral que
parece trascender en mucho la que viviera a principios de siglo XX. Y, sobre la
cual, Enrique MacIver pronunciara su célebre discurso sobre “La Crisis
Moral de la República”, en el Ateneo de Santiago. Porque hoy, no sólo se trata
de una vivencia generalizada de sentirnos poco felices sino lo que es más
grave, sin esperanzas. Tanto así, que por ese motivo los ciudadanos no
concurren a votar: tan sólo lo hace alrededor de 1/3 del electorado.
Huelga enunciar o
describir las innúmeras causas que así lo determinan y que parecen ser, para
muchos, quizá insuperables.
Sin embargo, no tan
sólo es posible desarraigarlas sino además y por sobre todo, es necesario
hacerlo ahora ya, porque si acaso así no lo decidimos, este proceso nefasto tal
vez quede definitivamente consolidado. Y, nuestra Gente, bajo el yugo de
unos pocos que ya se han adueñado de más del 30% de la riqueza nacional y
continuarán vendiendo nuestro país a grupos extranjeros. Han demostrado
palmariamente, carecer del más mínimo sentido de Patria, a que la propia Carta
Fundamental alude -aunque no suficientemente explícito- en su art.
22.
Las fundadas razones
que nos motivan para revertir esta innoble y vergonzosa situación, son en
extremo reales y poderosas. Por lo cual, sintetizo lo más sustantivo:
1º Chile y sus
hombres poseemos, como la propia historia lo confirma, el singular privilegio
de incluirnos en una historia Patria llena de glorias, las que se alcanzan
nunca jamás por infundados anhelos expansionistas, sino precisamente para
defender con hidalguía y coraje nuestra propia Soberanía Nacional cuando
amenazada.
2º Del mismo modo, es
entre todos los países latinoamericanos, luego de la Emancipación de las
potencias ibéricas -España y Portugal-, la primera Nación que se
organiza en forma, como nadie podría desmentirlo.
3º Desde el más
consagrado punto de vista etno-cultural, tenemos la fortuna de descender
fundamentalmente de grandes Naciones: España y los Pueblos Originarios que en
la defensa de sus derechos sobre estas tierras al Sur del Mundo, demostraron
una decisión y un coraje ejemplares y reconocidos en todo el Orbe. Como de ello
da testimonio “La Araucana”. Baste recordar que en toda Nuestra América, los
“Conquistadores” fueron muertos tan sólo 5000 de sus soldados, mientras
solamente en Chile murieron más de 50.000... Lo que fundadamente al rey de
España hiciera exclamar que aquí en el país más austral del mundo, había
fallecido “la flor de sus Guzmanes”.
4ª Se suma la
circunstancia de que en Nuestro Suelo han nacido hombres y mujeres de verdadera
estatura universal, como un Pablo Neruda, un Vicente Huidobro, una
Gabriela Mistral o un Nicanor Parra en el campo de la poesía. En el
terreno político, un Portales, un Balmaceda, un Alessandri Palma o un Aguirre
Cerda o en el ámbito del derecho, un Alejandro Alvarez. Y tantos otros que
merecen destacar universalmente. Si no contamos con científicos de igual
proyección, no ha sido por falta de verdaderos genios que la República ha
producido, sino simplemente, porque nuestros Gobiernos han sido incapaces de
destinar los fondos necesarios para la investigación científico- tecnológica,
que se torna imperiosa ahora ya.
Lamentablemente, se
ha perdido la auténtica concepción griega del “ciudadano”, que nosotros los
chilenos debemos recuperar y fortalecer, para bien del País. Ya que de
ciudadano en el sentido clásico del término, el griego se transforma en súbdito
o individuo. Porque la vida de los nuevos Estados pasa a desarrollarse con
independencia de su voluntad. Como se ha escrito, “las nuevas habilidades
que importan ya no son las antiguas virtudes cívicas, sino determinados
conocimientos técnicos que no pueden hallarse en poder de todos, porque exigen
estudios y disposiciones especiales”. En tanto la educación cívica del
mundo clásico formaba ciudadanos, la cultura de la edad que se inicia con
Alejandro forja sólo individuos. Y, de este modo, se concede cada vez más a
cada uno la posibilidad de forjar a su manera la propia vida y la propia
personalidad moral. Cruel paradoja: Alejandro El Grande quería un Gobierno
monárquico universal, y consecuencia de esta ambición desmesurada y en la cual
a la postre fracasó, es que se vio alterada en perjuicio de nuestro propio
desarrollo la tradición ciudadana. Semejantemente, en el último tiempo esa
errada tendencia se repite bajo el concepto de globalización, que también está
en vías de franco debilitamiento, abriéndonos con ello las puertas que nos
facilitarán el fortalecimiento de lo que debe constituir un verdadero
ciudadano. Es decir, de hombres y mujeres que responsablemente se preocupen de
su polis o ciudad. Y, precisamente, como resultado de la separación entre
hombre y ciudadano, “ surge la separación entre ética y política”. Lo que tanto
nos ha afectado. Hasta Aristóteles, la ética clásica estaba basada en la
identidad entre hombre y ciudadano y por ello, estaba igualmente
implantada en la política sobre la que ejercía gran influencia. Por primera vez
en la historia de la filosofía moral y ´debido al descubrimiento del individuo,
en la época helenística la ética se estructura de manera autónoma, basándose en
el hombre en cuanto tal, en su singularidad. Lo que ciertamente ha facilitado
que caigamos más fácilmente en el egoísmo y la codicia.
5º Junto con estos
elementos de tanta significación, poseemos otros de carácter eminentemente
geográfico, que igualmente nos destacan en la esfera mundial: tenemos los
cielos más puros del mundo (en el Norte), hecho de inmensa significación precisamente
para el importantísimo estudio de las estrellas; poseemos el mar (Océano
Pacífico) que aún conservaría el plancton más rico del planeta, si bien
últimamente se constata que el Océano Pacífico Central estaría invadido por
tanta basura que, por cada tres kilos de ella habría tan sólo medio kilo
de plancton...; poseemos una Cordillera de los Andes que, aparte sus grandes
tradiciones etno-culturales (mayas, incas, araucanos), nos protege de las
enfermedades o epidemias del exterior, a lo largo de todo el territorio;
poseemos riquezas minerales tan grandes que sin embargo estamos perdiendo junto
con nuestra propia Soberanía, de modo creciente. Me refiero al cobre, al litio
y al agua principalmente, haciendo presente que en el primero se incluyen otras
valiosas materias primas (oro, molibdeno, plata, etc ) y que, respecto
del litio, junto con Bolivia y Argentina, constituímos el llamado
“triangulo del litio” donde estaría contenido el 80% de este elemento, en el
mundo.
6º Agréguese y
destáquese la importancia de Isla de Pascua y otros terrenos insulares que,
desde el punto de vista de su historia y sus riquezas arqueológicas cada vez
más depredadas, representan además de su importancia estratégico-militar,
una significación muy grande en el campo etno-cultural y turístico, que de
igual modo hemos descuidado.
7º Por último, y sin
que sea un final, es imperativo que tomemos conocimiento cabal acerca de la
extraordinaria circunstancia que recientemente la ciencia ha puesto de relieve,
confirmándolo: el medio natural -tan privilegiado como el nuestro-
ejerce una enorme influencia en los propios genes humanos. Lo que
consagraría la célebre afirmación de que donde se dan mejor estos elementos
naturales, es también donde se dan los seres humanos más venturosos. No es
casual entonces, que los araucanos impactaran justificadamente al poeta
Alonso de Ercilla quien de origen había viajado para cantar loores al ejército
español, base del más grande Imperio Mundial en la época, pero que en
definitiva, lo hiciera respecto de nuestros Pueblos Originarios. No tan
sólo por su coraje y valentía sino además, por su estrategia militar.
Tanto así, que el propio Cervantes tendría a “La Araucana” entre sus
libros preferidos y que se considere en Alemania a Lautaro, como un
genio militar de cuño también universal. Comparable a Napoleón.
Estas someras
alusiones nos garantizan de manera indubitable no sólo la posibilidad sino
también la certeza de que podremos
superar la Crisis que nos invade y lo que es tan o más importante, en muy breve
tiempo. Con la gran ventaja de que sabemos exactamente cuáles son los
rubros fundamentales sobre los que debemos legislar, siendo tanto el fondo, es
decir, la temática como la forma, es decir las medidas necesarias para
modificar la situación actual.
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